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Fotografía: We Animals Media

¿por qué
no exportar

ANIMALES VIVOS? 

El transporte marítimo de animales vivos es una de las formas más extremas de explotación animal.

Millones de animales son embarcados para ser enviados a otros países donde serán sacrificados.

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Fotografía: We Animals Media

Durante estos viajes, que pueden durar semanas, los animales viajan hacinados, sin espacio para acostarse ni moverse, expuestos a sus propias heces y orina. No tienen acceso continuo a agua ni comida, y están sometidos a golpes, enfermedades, calor

extremo, miedo y angustia.


Muchos enferman o se lastiman, y son arrojados vivos al mar cuando están demasiado débiles o heridos.Muchos también mueren de inanición, deshidratación o colapso físico antes de llegar a destino.

Los que sobreviven no tienen un destino mejor: al llegar, son asesinados en mataderos que, en muchos casos, no cuentan con ningún tipo de control. Allí pueden ser atados, golpeados, electrocutados o degollados mientras siguen conscientes.

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Fotografía: We Animals Media

Esta práctica también tiene consecuencias graves para la salud pública y el ambiente. El hacinamiento y las malas condiciones favorecen la propagación de enfermedades, incluidas algunas zoonóticas que pueden transmitirse a las personas, como la brucelosis, la leptospirosis y la salmonelosis.

Recientemente hemos vivido de cerca el impacto que pueden tener estas enfermedades cuando saltan de los animales a los humanos, como pasó con el COVID-19. Además, los animales muertos que son arrojados al mar contaminan ecosistemas marinos, mientras que los barcos descargan toneladas de heces y orina que afectan el equilibrio ambiental.

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Fotografía: We Animals Media

En Argentina, esta práctica había sido prohibida desde 1973 a través del decreto 322/1973. Sin embargo, en 2025 el gobierno derogó esta protección mediante el decreto 133/2025 y habilitó nuevamente la exportación marítima de vacas vivas, lo que representa un retroceso importante y reafirma la mirada mercantil que reduce a los animales a objetos sin valor propio. 

Mientras tanto, en otros países, como Inglaterra, se avanza en sentido contrario: en 2024 prohibieron el transporte de animales vivos reconociendo su crueldad. Y cada 14 de junio, durante el Día Mundial para Visibilizar el Transporte de Animales Vivos (Ban Live Export Awareness Day), miles de personas en todo el mundo se movilizan para exigir el fin de esta práctica.

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Fotografía: We Animals Media

No se trata de pedir “mejores condiciones” para el transporte, sino de acabar con el transporte de animales vivos. Estos animales no son recursos ni mercancías, son individuos con vida propia, sujetos de experiencia que merecen vivir libres de explotación.

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